sábado, 2 de mayo de 2009

Algunas Causas De La Creacion De Maras




Dentro de la violencia colectiva, la expresión más palpable la constituyen las pandillas juveniles. Su bien estructurada organización, portadora de armas legales e ilegales –incluso fáciles de obtener según la legislación vigente-, incorpora a sus filas a un aproximado de 32,000 jóvenes y niños que ha constituido un nuevo ejército que es usado por el crimen organizado para sus fines delictivos.
Causales comunes en la proliferación de pandillas se destacan el pertenecer a hogares desintegrados y disfuncionales caracterizados por la violencia intrafamiliar, extrema pobreza, marginalidad, interrupción de los estudios a nivel primario y secundario, abandono de oficios, posibilidades de acceso al consumo y distribución de drogas y a la vida delictiva, con la consecuente obtención de dinero por medios fáciles e inicio precoz en la vida sexual.
Se destaca la transculturización, imitación y sentido de pertenencia al grupo para obtener y afirmar lo que no tuvieron en el seno familiar, comunidad y sociedad: importancia, identidad y ser “alguien” aunque sea por medios ilegítimos.
Además del desencanto y el escapismo, su mundo florece en plena expansión del narcotráfico, lo que hace que la proliferación del fenómeno trascienda inquietudes meramente juveniles para manifestarse en actividades delictivas para sobrevivir como grupo.
Pandillas, maras, crimen organizado y drogas es un tema bastante relacionado entre sí tomando en cuenta que casi el 85% de mareros son consumidores de drogas, y a estos también se les señala como responsables de la distribución de la misma en barrios, escuelas y colegios.

La población que integran las pandillas en su mayoría es masculina y las muchachas representan el 23% de sus miembros. Sobre ellas se han comentado que sufren en los ritos de iniciación violaciones de parte de sus compañeros o son víctimas de abuso sexual por parte de miembros de las pandillas contrarias.

Al consultárseles sobre su rol más preponderante, dentro de las mismas, ellas se auto identificaron mas como compañeras que como mareras activas, de hecho, la gran mayoría han tenido hijos con pandilleros, y han estado sujetas a la protección y cuidado del grupo

Las muchachas al igual que sus compañeros sienten el rechazo, el menosprecio de las demás personas por el comportamiento y los daños que causan.

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